Soñé salir de mi prisión,
pensé poder rozar con emoción
aquellas cosas que no conocí.
Soñé vivir, también reír,
y aquello que no pude yo sentir.
Siempre me quisieron encerrar
en este manicomio frente al mar.
Yo ahora estoy tranquilo,
un apasionado liberado,
tan abandonado y olvidado.
Soñé fumar,
soñé bailar,
ver tu falda otra vez danzar,
que no me tenían que amarrar.
Quiero volar por la ciudad,
volar,
volar,
desnudo y sin permiso.
Ya saben que no fui yo quien lo quiso,
ya saben solo quiero el paraíso.
Y voy a ver el mar,
no olvido los cigarros
que me prometí para el invierno y un poco
de esterrón para mi entierro.
Iluciré de gomina mi terno a cuadros
gris que me evocaba bien los veintes.
Yo más que loco soy,
inteligente.