Venga, dos.
¡Los dos!
¡Que me salgan de la puta!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
Debes matar en la primera frase, chico.
¿Recuerdas estas palabras siempre que agarras un micro?
¡Así lo haré, señor!
Quiero ser máster de MC's.
Destruiré la ignorancia con mi materia gris.
Niños juegan a batallitas con el hip-hop.
Mientras yo aprendo a escupir rabia como las babas del bulldog,
seré mercenario de cuerpo de élite
porque patrullaré tarimas cobrando caché.
Te buco loco,
mi lírica,
colocas la leche así,
sin trucos.
A pecho descubierto.
Capricho.
Llego hasta tu estereo sin telequinesis.
Te cagarás de miedo como en tesis.
Mientras se aplica la guerrilla,
del gobierno prescinde.
Aznar es menos convincente que las tres razones.
Kinder dibujó crónicas generacionales.
Pero ahora estoy en pie de guerra porque sabes,
sabes...
Muchos, muchos frentes donde combatir
y pocos micrófonos dispuestos para acudir
a la llamada de la salvajera oración.
Cubré mi espalda, se abrió la veda,
aquí es donde la deuda se salda.
Con mis guantes subo al ring de las palabras.
Frases vacías, tiene las horas contadas.
Pues silban textos afilados en la sombra.
Y la herida sigue doliendo,
aun cuando ya no sangra.
No busques compasión en un mundo de fieras.
La competencia obliga y no hay piezas enteras,
ya ves.
Carroñeros solo pillan despojos de originalidad,
jodiendo a otros y sus trabajos bajos.
Caen los que siempre hablan de lo mismo o de nada.
Y solo buscan protagonismo, eufemismos no.
Las cosas son como son, yo te hablo de unidad,
pero ahora busco competición.
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
¡Guerrilla!
Cuando por la puerta grande de tu barrio y desde el subterráneo
oscuro lado suelto la mierda que gasto yo,
saco mis técnicas de combate.
Combate.
Supernoma, patada y sico, sistemático ataque.
Mientras los de arriba se juegan el mundo a la última manga.
Derribo su suelo en mi juego,
el que manda se juega con rimas.
Uno. Se juega con base.
Dos. Se juega con fuego.
Se juega con clase.
Cosas buenas, buenos golpes y grandes,
con afiladas palabras,
corto venas de mala sangre.
Soy el crack,
rompo rocas,
sus raquetas no devuelven mis pelotas,
abrasadoras,
olas de calor.
Ellos son el pollo y yo el asador,
el lanzallamas de la tropa.
Llego de ser mis rivales,
no quieren tener el honor.
Pues ¿saben qué?
Pongo el micro donde más les pica.
Los contamino, mi estilo salpica.
Y como cuando dice Kike,
quita esa caquita aparta,
pues llegan los que traen la mierda más rica.
Sí, sí, ya sabes, cuando la guerrilla patrulla,
siempre hay MCs que duermen con un ojo abierto.
El del culo.
¿Y cuál es la norma?
La rima siempre en forma, señor.
Hacerlo real, venerar al hip-hop como dogma.
Refer con parsas.
¿Qué más?
Hacer ritmos usando versos.
Elevarse hasta el más puro estado de catarsis.
Business lírico pa' aplacar el estrés.
Desvirgar una rima al día,
follarse a un toyaco al mes.
¿Es?
Entregarse en cuerpo y alma a la pandilla.
No quiero insumisos.
En esta.
En esta.
Guerrilla,
MCs,
reparten palos pa'l rockero de Memphis.
En un juego más básico que el Tetris.
Maxis.
Rulan en los platos.
Samplers saquean notas, bases de datos.
La cosa tiene trucos.
Lupe en coco siempre debe ser letal.
Pa'l perezoso habrá munición mental.
Porque mientras Margol pasa golpe de voz,
la tropa espera.
Uno. Y espera.
Dos.
¡Guerrilla!
¡Guerrilla! ¡Guerrilla!
La tarima en el escenario.
¡Guerrilla! ¡Guerrilla!
Sí, ya sabes, la competición es dura.
No vengas a tocar los cojones si no
estás en condiciones de parar mis golpes.
Dispuesto a clavar los colmillos en el micro.
Ahí está, en el micro.
¿Necesitas algo realmente bueno?
Ya sabes dónde estoy.
Sí, dónde estoy, en la plaza con mi gentuza.