Todo lo que eres se lo debes a alguien
y ese alguien no son pocas.
Todo, todo, todo se lo debes a alguien
y ese alguien no son pocas.
Tu presencia
es el hueco
de una cama
que no se vuelve a hacer
que la suerte
que yo tengo
aún no es pequeña hoy lo he vuelto a hacer.
Wo-oh,
el sonido de tu voz en una cinta magnética.
Wo-oh,
que yo sé que me visitas de vez en cuando aunque no te veas.
Wo-oh,
que la suerte que yo tengo es luminosa y arroja sombra.
Wo-oh,
que en mi casa brilla el sol todos
los domingos aunque sea por dentro.
Todo, todo, todo se lo debes a alguien.
Tu presencia,
el silencio sonando tan fuerte,
está picando.
Que la suerte
que yo tengo
no es pequeña hoy lo he vuelto a hacer.
Wo-oh,
es el eco de tu voz en una cinta magnética.
Wo-oh,
que yo sé que me visitas de vez en cuando aunque no te veas.
Wo-oh,
que la suerte que yo tengo duerme a mi lado,
o está entrenando.
Wo-oh,
que el ardillo de la casa de tus padres está brillando.