El junco dormido, la siesta del río,
la verde melena del sauce de allí,
miraron la copla que anoche en la luna
dejó en la juntura y hoy vino a Cosquín.
Miraron la copla que anoche en la luna
dejó en la juntura y hoy vino a Cosquín.
La pena del Inca creció en los breñales,
la vieja fuestera del valle a prenio,
que del viejo imperio del sol en sus ruinas
quedó Coscoína y el tiempo pasó.
Que del viejo imperio del sol en sus ruinas
quedó Coscoína y el tiempo pasó.
Coscoína, Cosquín, cordobesa,
por tus desafíos el gaucho volvió
y en el pan de azúcar como un apacheta
cayó la soprenda que el Inca dejó.
Coscoína, Cosquín, mi guitarra,
te dejé esta zamba, mi sola oración.
Los bombos legueros golpearon la copla,
por todo Punilla la vieron pasar,
pero la encontraron entre culantrillos
mojada al rocío de tanto esperar.
Pero la encontraron entre culantrillos
mojada al rocío de tanto esperar.
La agita ella la flor del imperio,
esperó la vida para no morir
y en el nuevo cusco del sol por herencia,
al sentirse reina se quedó en Cosquín.
Y en el nuevo cusco del sol por herencia,
al sentirse reina se quedó en Cosquín.
Coscoína, Cosquín, cordobesa,
por tus desafíos el gaucho volvió y en el pan de azúcar
como un apacheta cayó la soprenda que el Inca dejó.
Coscoína, Cosquín, mi guitarra,
te dejé esta zamba, mi sola oración.