Y decirte que no tengo que buscar entre recuerdos,
entre cajas de nostalgia,
que no tengo que volver la vista al mar
para sentir su olor a sal.
Y decirte que yo solo tengo que virar hacia el norte,
que me regalo tu voz y vivir con tanta
intensidad lo que el destino te paró.
Para
amarte solo basta recordar
el suave tempo de tu acento al hablar
y pensar que no todo viene mal
y pisar
suelo al caminar.
Y decirte que
no hace falta atravesar noches en vela
ni cruzar sin alas un volcán
ni perdernos entre rumores de la ciudad.
Y sentir que el infierno se volvió a calmar
tras la aterradora tempestad.
Y escuchar tu
risa allá en la oscuridad
sin juzgar si es de verdad.
De verdad,
para
amarte solo me hace
falta interpretar tu silencio
y cambiar el rumbo al tiempo
y
encontrarme con unos brazos abiertos.
Música al viento,
cientos de historias que pienso compartir contigo.