Acorralada por la atracción de tu mirada,
obsesionada, marcada por tu cadáver
tan vital,
por tu forma de amar sensual.
Más que hechizada por el aroma de tu almohada,
medio embrujada,
soy nada.
Si no me invitas a cenar,
no lo puedo ni soportar.
Vértigo,
influjo mágico,
todo me lleva a ti,
no lo resisto más.
Vértigo,
te huele a santano,
tus brazos de visón me han atrapado ya.
Encadenada al eslabón de tus veladas,
iluminada, atada a ti por
las alas
de Satén,
tratada como a un rey.
Acorralada por la atracción de tu mirada,
obsesionada, soy nada.
Si no me invitas a cenar, no lo
puedo ni soportar.
Vértigo,
influjo mágico,
todo me lleva a ti,
no lo resisto más.
Vértigo,
te huele a santano,
tus brazos de visón me han atrapado ya.
Vértigo,
influjo mágico,
todo me lleva a ti,
no lo resisto más.
Vértigo,
te huele a santano,
tus brazos de visón me han atrapado ya.
Vértigo,
en noches de tránsito,
y cuartos de monte te siento más y más.
Vértigo,
me puede el palpito,
te brota de tu piel,
me abraza.