El hombre que es avistado con un poquito de suerte,
mucho trabajo no pasa.
A mí me ponen donde hay,
con un tirón me emparejo,
como lo hice en mi infancia.
Me llamo Feguero de nacimiento,
pero de muy buena raza.
Después de andar en un burro,
cargando leña zaraza,
llegué enamorado a una viuda,
que tenía bastante plata.
Me fui a trabajar con ella,
a ordeñarle 30 vacas.
Después,
como a los tres meses,
nos casamos en Caracas.
Lo que pasa es que el soquete,
cuando se cree que es un vivo,
lo que hace es meter la pata.
Cuando uno coge algo de vuelo,
por querer salir muy lejos,
ya trampa,
alante lo alcanzan.
Me hice botar con la vieja,
en una forma tan gafa.
No quise pasar con ella, abrazado por la plaza,
porque la veía más fea,
que un perico harto de masa.
Además,
por reclamarme,
le quería tranca una lata.
Se me apagó la candela,
aunque quedaron las brazas.
Yo soy el mismo llanero,
que trabajó en curandero,
en tiempos de la machaca.
Todavía tengo enemigos,
uno de ellos,
porque un día lo hice matar a una gata,
que la tenía de mascota,
traída de Checoslovaquia.
Tenía mi buen consultorio,
subterráneo entre la casa.
De día usaba el pelo largo,
de noche una barba blanca.
Después de las cinco y media,
atendía puras muchachas.
No se me murió ninguna serie que no era pirata.
También soy el jugador,
que al pelear un gallo mío,
juego hasta las alpargatas.
Sin dejar de ser soguero,
que un mocho que sea bien bueno,
cole a cabrete y enlaza.
Y en el verso rindo más que corvena en calabaza.
Una sola vez peleé,
por culpa de una jipata,
que aunque ha querido ser fina,
está más registrada que un arpa.
Eso vaya en corral viejo,
en días de Semana Santa,
donde para formar un peón son peor que una batata.
Por algo que a mí me guste,
quemo el último cartucho,
sapo,
sin agua no canta.
Por una nenita linda,
me pasé toda una noche sentado en la puerta tranca,
porque el viejo era más bravo que perro crió con cachaza.
Entre la vieja y el viejo,
me tendieron una trampa,
esperaban que yo entrara,
armados con un par de lanzas,
pero no sabían que el tiro se iba a ir por la culata.
Siempre me lleve la jeva a controlar con una carta.
Como a los cuarenta días,
se las volví a regresar,
aunque por poco me matan.
Aunque así estaba conforme,
cuando burro deja nefias y será la camasa.
Yo soy igual al chubasco,
que no mojo pero empapa,
que un burro carga huejunco,
es más
grande mi esperanza.
Por la fama que yo tengo,
donde llego me retratan,
las chicas me creen mejor que cochino con cachapa.
Yo sirvo hasta pa' remedio,
aveguero pero de casta.
Đang Cập Nhật
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02:45