Con un Alka-Seltzer y un par de contradicciones
se pasa un buen rato buscando la calle y el portal.
El número es impar.
La llave no ajusta
tampoco los pantalones.
Además le disgusta que al vecino le haya dado por mirar.
Vaya subnormal,
lo hace con afán.
Y en su casa la humedad se cuela en todas partes
y la idea de un hogar se muestra algo distante.
Y en su cama sin hablar la nada se comparte.
Y en su frente una edad trabaja sin piedad,
sin preguntar jamás.
Colegas con traje que toman las decisiones,
maletas de viaje,
despachos con olor a funeral.
Y un tono de voz da en su forma de hablar.
Las calles se nublan,
la rabia le descompone.
Y como un milagro el pobre se ha puesto a cantar
con voz de coral un pequeño vals.
En una esquina del rabal conoce algunas putas.
Les dirá si está de más hablarles con ternura.
Tanta masa corporal desnuda le deslumbra.
Y se abraza un buen par y al navegar por ellas es el capitán.
Y zarpanía,
y zarpanía,
¡qué zarpanía!
Đang Cập Nhật
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