¡So, que se escuche el grito ya!
Recuerdo aquella tarde, cuando llegó el cartero
con un montón de cartas,
a mí se dirigía todo en escenadas,
ninguna había leído las reglas de todas,
de triste decepción.
De todas,
sólo una venía a mí dirigida,
en ella me decías,
ya no me escriban más, ya no pierdas tu tiempo,
que estoy comprometida y dentro de tres días yo me voy a casar.
El día que te casaste,
me la pasé llorando,
estaba desgarrado mi pobre corazón,
ya que un montón de cartas de tu me regresaste,
ahora están tiradas en un triste rincón.
De todas,
sólo una venía a mí dirigida,
en ella me decías,
ya no me escriban más,
ya no pierdas tu tiempo,
que estoy comprometida y dentro de tres días yo me voy a casar.
Esto se llama, se llama que agonía.
Y llorar como volvías,
más haberme conformado, a no tenerte a mi lado,
así da un sur la agonía.
Pero si no te supe dar,
yo sé que merecías más, amores como tú,
hoy sé, sólo se vive una vez,
solamente me queda tratar de lo que fuimos un día.
¡Qué agonía!
¡Que la pegadita se oiga!
¡Solamente me queda tratar de lo que fuimos un día!
¡Qué agonía!
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật