Oye, negro descarado,
ahora sí que bien le hiciste desde el sábado pasado.
De la casa te perdiste,
te busqué en el hospital,
la cárcel y en todos lados,
y te he venido a encontrar borracho y acompañado.
Es que el sábado pasado me pagaron buena plata y
los amigos me obligaron a gastar en la parranda,
ya la plata se ha acabado,
ya se van mis amiguitas y aunque estoy medio mareado,
soy todo tuyo, negrita.
Eres un gran sinvergüenza,
eres un gran descarado,
pero vas a reponerme todo lo que no me has
dado.
Tendrás que lavar los platos,
la ropa y hasta planchar,
y por la noche,
mi negro,
no te la
vas a acabar.