Una serenata la luna
El lamento por un tiempo que se fue
No habrás arrojado en vano a la basura sin querer
Y sin saber muy bien qué hacer, tu lucidez
Las penas del rencor son como espinas
Se clavan en el alma y sin piedad
Como el fuego te abraza las mejillas
Como la vida que termina a la orilla del mar
Las mañanas son eternas Por la noche no se puede descansar
Las exigencias modernas en soledad,
en soledad Las penas de la vida son inmensas
Y cada uno tiene su opinión ¿Qué podría yo añadir a tanta confusión?
Que puedes a todo acostumbrar, incluso a lo peor
Diste a ver escrito mil novelas El
guardián entre el centeno algo mejor
Ahora ves pasar en el reloj las horas muertas
Y en tu cabeza sobrevuela la estela del dolor
Las mañanas son eternas Por la noche no se puede descansar
Las exigencias modernas en soledad, en soledad
Las penas de la vida son inmensas Y cada uno tiene su opinión
¿Qué podría yo añadir a tanta confusión?
Que puedes a todo acostumbrar
Incluso a lo peor