¡Judía!
¡Judía!
Mira que te llevo dentro de mi corazón,
por la saludcita de la madre mía te lo juro
yo.
Mira que para mí en el mundo no hay nada más que tú.
Y mis pobres ojos si digo mentiras se
queden sin luz.
Por ti contaría la arena del mar,
por ti yo sería capaz de matar.
Y que si te miento
y me castigue Dios,
esto con la mano sobre el evangelio te lo juro yo.
Yo no me di cuenta de que te quería
hasta el mismo día en que te perdí.
Y vi claramente lo que te quería cuando ya no había remedio pa' mí.
Por calles de hiel y amargura ponme ligaduras y hasta pégame.
Échame en los ojos un puñado de arena,
mátame de pena pero quíreme.
Mira que te llevo dentro de mi corazón,
por la saludcita de la madre mía te lo juro yo.
¡Te lo juro,
chitanillo!
Ya no eres el mismo que yo conocía,
el que no veía nada más que por mí.
Y ahora vas con una distinta cadía,
en cambio yo muero besénos por ti.
Claro que la culpa de que esto pasara no la tuvo nadie,
nadie más que yo.
Yo que me reía de que esto acabara y como he llorado porque se acabó.
Mira que te llevo dentro de mi corazón,
por la saludcita de la madre mía te lo juro yo.
¡Baila mi cumbia con la sonora de Margarita!