Jugo,
guira,
soy guaguira porque soy cubana como la guira.
Y solo mi tierra inspira lo que a mi canto le doy.
Ay,
mi Cuba,
cantando palmas yo voy entre mi tierra y mi cielo.
E ignorando el falso velo de los que niegan mi mano,
me aferro al punto cubano como me aferro a mis duelos.
Yo soy de un pueblo pequeño al sur del Cañaveral.
A aquel que quiera le enseño mi corazón de coral.
Entre la iglesia y el cura,
entre el cinchonte y el gallo,
entre pinar y herradura,
yo siempre
andaba a caballo.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Yo sí que soy.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Soy
guajiro.
La guardarraya me saca todos los días a pasear.
Tomando leche de vaca acabada de ordeñar.
Oh, sí.
Entre el parque y la glorieta,
entre el palmar y el bohío,
entre el buey y la carreta,
yo me bañaba en el río.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Dilo otra vez.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Mi cuerpo huele a tabaco y mi alma sabe a café.
Y mi bolsillo es tan flaco que de perfil no se ve.
Entre el zum zum y el hilguero,
entre el puerto y la funeraria,
fiestando el 2 de febrero,
el día de la candelaria.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Para que cante mi coro.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
Soy guajiro.
En la campiña me inspiro.
Soy guajiro.
Oh, oh.
Ponte el collar, Codomiro.
Soy guajiro.
Yo toco tres, yo toco maraca y guiro.
Soy guajiro.