No conocí la alegría, ni fiesta de navidad,ni el beso de cada día, que un amare siempre da.Porque no tengo apellido, me señalan con herdeo,mi delito solo ha sido el ser eso, el inclusero.Eran copitos de nieve, lo que del cielo caía,soñé que una madre buena y en sus brazos me dormía.Pero cuando desperté y un rosario florecíay una monjita ponía su crucifijo en mi sien.Yo no he tenido la culpa de venir al mundo así,ni culpo a nadie de nada, con mi suerte soy feliz,monjita de toca blanca que ampara y todo los males.Soy el pan de cada día para los niños sin madre.Pero cuando desperté y un rosario florecíay una monjita ponía su crucifijo en mi sien.Pero rico por Dios era, con la suerte o la desgracia,seré siempre, siempre el inclusero.