El silencio en la cocina anunciaba que ya no quedaba nada.
Ni una lata de atún,
ni tomates podridos, ni
leche caducada.
Solo pan duro en el cajón de la ensalada.
Lo dejaste hace tiempo,
pero huele a colilla mojada.
¿Será que el bajón te ha empujado a volver a las andadas?
Porque este guión siempre acaba en drama.
Lo siento,
ya no tengo más fuerza para esquivar tus balas.
Dime cómo hemos llegado hasta aquí.
Dime cómo pararlo.
Sin que haya dolor,
sin que quiera volver a intentarlo.
Sin tensar
más la cuerda y dejar que se pierda
el ruido de un
corazón latiendo sobre la mesa.
El silencio en la cocina anunciaba que ya no quedaba nada.