Siento celos
que me roban la calma,
el norte,
el compás,
la risa y el sueño.
Siento celos enfermándome el alma
por amarte de más y creerme tu dueño.
Siento celos de la mirada y sonrisa que
en la calle te incitan a hacerme infiel.
Siento celos de la lluvia y la brisa
que acarician tu cuerpo y tu piel.
Si te llevo el recuerdo a un pasado feliz
y de puntillas cada vez que te pierdo en la
bruma de mis pesadillas,
yo siento celos.
Siento celos si luz verdad es mentira,
si un extraño te llama por tu nombre.
Siento celos y me consume la ira siempre que hablas con otro hombre.
Siento celos cuando tú no me celas,
cuando sales y tardas en regresar.
Siento celos de las telenovelas cuyo galán te hace suspirar.
Cuando la soledad te hace también compañía,
cuando en interquedad quiero que seas mi bien,
solo mía.
Yo siento celos.
¡Ay!
Y esto duele.
Siento celos del suelo y la alfombra que besan cada paso que das.
Siento celos hasta de tu sombra que te sigue donde quiera que vas.
Siento celos si no estás conmigo,
si en mi ausencia no extrañas a mi ser.
Siento celos cuando no soy testigo de lo que haces o dejas de hacer.
Ya ves, amor,
los celos me matan.
Siempre me pueden, sí,
sea de noche o de día.
Ya ves, amor,
me acechan, me atan,
se abalazan sobre mí como lobos en jaurías.
Yo siento celos,
yo siento celos,
yo siento celos, celos de ti.
Yo siento celos,
yo siento celos,
yo siento celos, celos de ti.