Tus abrazos me aplastaron los brazos,
me rompieron los huesos,
me hicieron perder el conocimiento.
Tus besos me secaron los labios,
me quebraron los dientes,
hicieron que dejara de ser valiente.
Te agarraste,
me agarraste la mano y me chafaste los dedos,
no me llegaba la sangre al cerebro.
Me compraste un ramito de flores,
que me dieron alergia,
sarpullido y picores.
Y si tú eres,
si tú eres mi hombre y yo soy tu mujer,
más me vale echar a correr,
más me vale echar a correr.