Como un árbol con su fruto, un fruto siempre en su idea,
como un fruto de más árbol se me carga la cabeza.
Tengo eniestas las raíces y las ramas tengo eniestas,
pero el tronco, pero el cuerpo no puede y me tambalea.
Encima viene la noche y me carga por su cuenta,
no sé cómo entre los frutos caben todas las estrellas.
Y yo no sé ya qué hacer, con mi fruto siempre acuestas,
su pesar es siempre más, ya no me tiene la tierra,
ni como suena, ni como suena, ni como suena, ni como suena.
¿Subir a dónde? Solo sin carga se lleva.
Me arrojaría a la mar, si la mar más grande fuera.
Me arrojaría a la mar, si la mar más grande fuera.