No me dejes morir
Desde mi amigado
Mi pocosita no seas tan cruel
No me abandones de un tiro verde otra vez
Pocosita, no me dejes
Te mata poco a poco tu deseo
Ahí va la muchacha del circo
No tiene consuelo
No tiene consuelo ni amor
Regala a nosotros la vida
Y su pobre miseria y dolor
Ahí va la muchacha del circo
Por estos caminos se va
Seguida en su valla de seda
Repartiendo a todos
Flores de ilusión
Sin oídos
Sin oídos
Sin oídos
Sin oídos

Y aunque el tesoro de mi alma
Escuche el encuadreño
Cariño
Que no es para ti
Que no es para ti
Quién sabe si era
Quién sabe si era
que nunca te he olvidado, volviendo a tu pasado,
y acordándote de mí, los amigos ya no vienen,
ni siquiera a visitarme, nadie viene a consolarme,
en mi aflicción, desde el día que te fuiste,
y en tu angustia de mi beso, nací de a ti percanta,
quejas hechas de mi pobre corazón,
falso por lo abandonado,
ya ni el sol de mi corazón,
la mañana, a toda por lamentar,
como cuando estaba a sol,
y aquel perrito compañero,
que por su ausencia no comía,
al verme solo, el otro día también me dejó,
que se quedó sin dolor,
y...
No, por fin, no me dejes morir,
volví al pozorro que quiero yo vivir,
no, por fin, no me dejes,
que me mata poco a poco,
bebé.