Se
fue Manuel,
era mi amigo y le encantaba el carnaval.
Su testamento a enterrarse en febrero y así será.
Ay, Manuel,
su voluntad.
Decía Manuel,
que este año no voy a poderme hacer disfraz,
porque en febrero llovía hasta un tieso.
Y tieso está, la verdad.
Y tieso está.
El que siempre había soñado con cantar
en medio delante de una shirigota.
Que cabrón,
al final lo consiguió.
Llegamos al sanatorio y entramos adentro y nos dice la familia,
ustedes quienes sois, nosotros quienes somos,
los amigos del muerto,
que nos lo vamos a llevar para cantar para su brazo la madre.
¿A cuánto nos vamos a pasar?
Además no podemos pasar porque lleva Manuel en el anterayer,
en una nevera metido.
No se puede congelar otra vez.
Se ha roto la cadena de frío.
Ay,
el santillo.
Él dijo en su testamento,
cuando me incineré en el horno,
llevarme con ustedes los carnavales.
Manuel, tú pa' carnaval, basta yo formo.
Él le había muerto el gato,
estaba parado y divorciado,
y su negocio perdió la grisu.
Ya pasaba mejor día,
tampoco era muy difícil.
Si tú te vas,
si tú te vas,
¿quién va a
pedirme vida?
Si tú te vas,
yo también me voy.
Si te vas, yo también me voy.
Manuel,
si no nos reímos, ¿qué vamos a hacer?
Si tú te vas,
ay, Manolito,
espera que las
coronas van a pegarse su bailecito.
¿Ah, o no?
Pobre Manuel, ¿qué vamos a hacer?
Preparate,boron, preparate.