Hermanos y amigos, desde El Salvador,
para todo Latinoamérica,
nuestro hermano Pedro Chávez.
Yo conocí un varón que se llamaba Sansón,
tenía poderes grandes del Espíritu de Dios.
Llegó a una ciudad que se llamaba Zoret,
se enamoró de una joven que a su tiempo lo engañó.
Sansón,
quiero que me digas,
le dijo la Filistea,
si es cierto que tú me amas,
dime dónde está tu poder.
Sansón le contestó,
para mostrar el poder,
porque le amaba mucho con todo su corazón.
Si mi cabello fuera cortado,
fuerza ya no tendré,
entonces tú vas a ver que me debilitaré.
Si mi cabello fuera cortado,
fuerza ya no tendré,
entonces tú vas a ver que me debilitaré.
¡Ay!
Pobrecito Sansón,
por andarse creyendo en las mujeres,
hasta los ojos le sacaron.
No, no te vaya a pasar así querido hermano.
Yo conocí un varón que se llamaba Sansón,
tenía poderes grandes del Espíritu de Dios.
Llegó a una ciudad que se llamaba Zoret,
se enamoró de una joven que a su tiempo lo engañó.
Sansón,
quiero que me digas,
le dijo la Filistea,
si es cierto que tú me amas,
dime dónde está tu poder.
Sansón le contestó,
para mostrar el poder,
porque le amaba mucho con todo su corazón.
Si mi cabello fuera cortado,
fuerza ya no tendré,
entonces tú vas a ver que me debilitaré.
Muy bien hermanos,
vamos una vez más cantando de esta manera que dice...
A ver
todo el mundo de pie,
los manos arriba,
aplaudiendo todos,
de esta manera.
¡Oiga qué rico!
Entonces tú vas a ver que me debilitaré.
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật