Siempre soñé con un potro que nunca pude tener,
lo vi una noche en mis llanos,
pasó trotando y se fue.
Era azul de tan oscuro y en su frente pude ver,
era azul de tan oscuro y en su frente pude ver
que una estrella lo guiaba como con rumbo a Belén.
Cada vez que me golpea la vida lo vuelvo a ver,
su sombra como una pena pasa trotando otra vez.
Yo siempre digo en mis coplas
y nadie me lo ha de creer,
yo siempre digo en mis coplas
y nadie me lo ha de creer,
tengo una pena estrellada que va con rumbo a Belén.
Y soñé
con una moza
que vi en el llano otra vez,
con un jazmín en el velo como una estrella en la sien,
visión tal vez de la noche,
pasó a mi lado y se fue,
visión tal vez de la noche,
pasó a mi lado y se fue,
tengo una pena estrellada
que va con rumbo a Belén.
Cada vez que me golpea la vida la vuelvo a ver,
en cada charco de luna se la imagina
mi sed de mi potro y de mi moza,
no tengo en mi padecer de mi potro y de mi moza,
no
tengo en mi padecer
más que esta pena estrellada que va con rumbo a Belén.
A veces no sé si existen el caballo y la mujer.