A la hora del racón, cuando impávido a su mismo, en el ranking de la fila, figurazo en ganador,
casi andando por derecha de llorar, de amasuzaje, de la base en que piqueaje, de los pies hasta el melón,
cuando el bagre melodioso que susurra en los oídos, que lo ha desabastecido sin ninguna aplicación,
es probable que desyace todo el peso del valero, para hacerlo gasolero, a tu estómago glotón,
humorón.
Pero apóstalo siempre al cabo, porque el bocho melonal, con champú la realidad, vincenal.
De ocurrencia siempre pisa, que al banquito de la risa, se subieron pa' llegar, vincenal.
Pa' tapar los alucenos, que le hicieron los puleros, al paisaje del vivir.
Un morada, del que corre tras el mango, y se embriaga con un tango, pa' poderla bien batir.
Cuando buscas el estatus a nivel de croto-croco, y te apiles como un loco sobre un galgo pa' correr,
esa libre casquivana, que con sorna gesticula, perderás, perderás porque la mula se metió en otra vez.
Te afanaron, te afanaron las tiras, te chorearon la alegría,
te encontraste en esa vía, donde nunca pasa el tren, y el destino fue el plomazo, chocolate con vainilla.
Hoy te saca la varilla, aunque te portaste bien, humorón.
Pero apóstalo siempre al cabo, porque el bocho melonal, con champú la realidad, vincenal.
Vincenal, de ocurrencias tan fetichas, que al manchito de la rica, se subieron pa' llegar.
Vincenal, pa' tapar los alucenos, que le hicieron los puleros, al paisaje del vivir.
Un morada, del que corre tras el mango, y se embriaga con un tango, pa' poderla bien batir.

Un morada, del que corre tras el mango, y se embriaga con un tango, pa' poderla bien batir.