Encontré un camino que me lleva de mi casa de Huasca hasta Huaqui
y el único pavimento que piso es de Chuachil a Huaqui.
No más.
No más.
De resto me voy por trochas,
por gacheta,
por detrás del páramo
y bajo a Fomeque y rin y subo a
Chuachil y ya me encuentro con la gente.
Así está.
Claro.
Bueno, entonces.
¡Salud, gordito!
Salud.
¿Me dice cuándo, Kiko?
Kiko, no paraba de grabar desde que llegaste.
Pienses en las noches en cuanto te arrepientes de haberme conocido
y que ojalá yo siempre hubiese sido
tu enemigo para ahorrarte tanto amor
que gastaste y que ya no encuentras porque en mi cama lo dejaste
que ya no te alcanza ni siquiera para amarte,
corazón,
para amarte.
No
me perdones jamás,
no me dejes atrás y guárdame rencor,
por favor.
No se te olvide quemar esa foto en el mar.
Ódame y así sabré que no me olvidarás.
Quiero que me odies y que con palabras entre amigas me destroces,
que no puedan verme sin que sea un
secreto a voces que antes temorías de amor
que gastaste
y que ya no encuentras porque en mi cama lo dejaste,
que ya no te alcanza ni siquiera para amarte,
corazón,
para amarte.
No me perdones jamás,
no me dejes atrás y guárdame rencor,
por favor.
No se te olvide quemar esa foto en el mar.
Ódame y así sabré que no me olvidarás.
No me olvides jamás,
no me dejes atrás,
no me dejes atrás.