El mar se mide por olas,
el cielo
por alas
y nosotros
por lágrimas.
¡Qué tristeza!
¡Qué tristeza!
Me daría no quedarme con tu vida
Caminar ya con el alma reducida
A
pedazos destruida
Porque no supe pintarme en tu pared
¡Qué tristeza!
Me daría despertar de madrugada
Sin tu amor acariciándome la espalda
Sin tus manos de bufanda
Con tu aroma en mi recuerdo y no en mi piel
¡Qué tristeza!
Me daría que acabara con nosotros
Tus ataques de princesa y mis enojos
Mi costumbre de cantar
y amanecer
¡Qué tristeza!
Me daría no escuchar ya más tu risa
No ver más tus pasos cortos y deprisa
Ni sofocarme con la brisa
De tu pelo cuando empiezas a correr
¡Qué tristeza!
Me daría acabar solo en este mundo
Ver mi vida destrozada en un segundo
Y de repente moribundo Con mi cuerpo acostumbrado a proteger
¡Qué tristeza!
Me daría que acabara con nosotros
Tus ataques de princesa y mis enojos
Mi costumbre de cantar y amanecer
¡Qué tristeza!
Me daría y me daría más tristeza
De mi amor
ya convirtiéndose en
pavesa
Que se apaga cuando empiezas a amanecer
Una vez
estando de gira con el mago,
él escribió esta canción y yo fui la primera
persona en escucharla,
así que por eso quise grabarla en este concierto,
porque él nunca
la grabó formalmente y
desde que él se fue me he dado a la tarea de cantarla
para que
los demás conozcan esta y otras canciones.