Yo no puedo ser sencilla,
no lo fui ni de pequeño,
y ahora que ya soy mayor,
a ser sencilla me niego.
Cuando me voy a una fiesta,
tengo un problema tremendo,
y es que no sé qué ponerme,
con todito lo que tengo.
Pero lo que más me afecta,
cuando me palpo la nuca,
es con la ropa que llevo,
que me pongo de peluca.
Con la roja estoy divina, con la azul angelical,
con la rubia peligrosa, con la modelo genial,
con la blanca soy distinta,
con la verde voy sensual,
con la que el lengua me echa,
no sé ni esto pon chaval.
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¡Ay, qué peluca me pongo!
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué sería de mi vida, sin mis pelucas del alma?
Me verían tan sencilla,
y si así lo hacen me matan.
Si alguno quiere enterarse de con qué peluca ruego,
tiene que venir conmigo, para así poder saberlo.
No son cosas de pelucas, para llegar a triunfar,
pero facilita mucho a quien las sabe llevar.
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
Con la roja estoy divina,
con la azul angelical,
con la rubia peligrosa, con la morena genial,
con la blanca soy distinta,
con la verde voy sensual,
con la que el lengua me echa,
no sé ni esto pon chaval.
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
¿Qué peluca me pongo?
qué peluca me pongo
ay qué peluca me pongo
qué peluca me pongo
qué peluca me pongo
ay qué peluca me pongo
que peluca me pongo
que peluca me pongo
que pelouca me pongo
qué peluca me pongo
que peluca me pongo
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