Me anuncian que para hoy habrá un día tranquilo,
que los vientos se moderan y soplan sin demora,
mientras que yo me desangro y me consumo a sonas,
pensando en cómo salir de mi tragedia ahora.
La mar estará tranquila con los vientos alicios,
soplando en tibio calor y yo,
yo,
yo,
yo he perdido el juicio.
Los amigos se acabaron,
el dinero no me alcanza
y anuncian que para hoy habrá un sol de esperanza.
Prefiero que llueva,
que los vientos sopen fuerte,
pero que alguien me quiera.
Prefiero que llueva,
que los vientos sopen fuerte,
pero que alguien me quiera.
Habrá cielo despejado y una estrella fugaz
para pedir el deseo que alguien prefiera más.
Y mientras usted navega y su barca toma el rumbo,
yo me voy a la deriva y más me ahoga el mundo.
Sabor, sabor.
Habrá cielo despejado
y una estrella fugaz para pedir el deseo que alguien lo quiera más,
como no.
Prefiero que llueva,
que los vientos sopen fuerte,
pero que alguien me quiera.
Ya eran raíles de punta,
chubascos y nubarrones,
pero no,
no,
no van a impedir que se amen,
caballero.
Hay los corazones.
Mira, ya viene.
Tu voto.
Ah.
Tu voto.
Tu.
Ah.
Ser mi corazón.
Que el amor y la razón no han quedado en el olvido.
Hay que se morir de mi gente en ese grito de dolor.
Y que todo el mundo con la mano para arriba diciendo basta ya.
Que los vientos soplen fuerte y oye colega,
no te asuste cuando vea que me quiera.