Subo al coche y parto, apenas son las siete, con la radio abierta al máximo, que me hace
compañía. La señal de una bandera roja me obliga a parar el motor. El permiso, los
papeles, control de carretera, ¿qué es lo que veo? Mirada azul bajo el sombrero. Señorita,
felicidades por la sonrisa.
Ponme la multa, ponme la hora, que no me atrevo a imaginar cómo podemos acabar. Ponme
la multa, ponme la hora, quiero quedarme siempre así, preso en la cárcel de sus ojos.
Se hace media hora, la miro hipnotizado, ella escribe con el lápiz en la mano. Señorita,
felicidades, sé que estoy enamorado. Ponme la multa, ponme la hora, que no me atrevo a
imaginar cómo podemos acabar. Ponme la multa, ponme la hora, quiero quedarme siempre así,
preso en la cárcel de sus ojos. Que Dios me permita que no se me marche jamás.
Señorita, felicidades, sé que estoy enamorado. Ponme la multa, ponme la hora, que no me atrevo a
Quiero imaginar cómo podemos acabar
Ponme la multa, ponme la hora
Quiero quedarme siempre así
Preso en la cárcel de sus ojos
Que Dios me permita
Que no se me marche jamás
Ponme la multa, ponme la hora
Que no me atrevo a imaginar
Cómo podemos acabar
Ponme la multa, ponme la hora
Quiero quedarme siempre así
Preso en la cárcel de sus ojos
Preso en la cárcel de sus ojos