Cuando por fin llegamos a la puerta,
me pregunto que si quería subir,
yo no sabía si quedarme con ella o si salir por patas de allí.
¿Qué
coño será eso que me pasa?
¿Qué manera de poner de fin?
¿Será que tengo un demonio en la
mente que me recuerda tantísimo a ti?
Que me recuerda tantísimo a ti.
Y aun recuerdo como olí para el cebideca apuntándome al pecho.
Pasando frío por el día y por la noche como un puto perro.
Espero que cuando esté congelado me hagas un hueco en tu lumen,
Saré.
Que me dejes dormir en tu sofá y por lo menos me des de comer.
Y por lo menos me des de comer.
Y aunque esté a puntito de morir,
como el día en que subía ese barcón,
ya no siento nada por ti.
Pero qué fatiga estoy pasando.
Y aun recuerdo como disparaste directo apuntándome al pecho.
Pasando frío por el día y por la noche como un puto perro.