Y así pasó,
que apareciste sin pensarlo demasiado,
te resolviste sin castigo del pecado,
todo tembló.
Y un corazón atrincherado entre unos versos olvidados,
quise quererte porque no estaba oxidado,
todo tembló,
todo tembló.
Y así pasó,
que de algún modo estábamos predestinados,
abriste el cielo donde solo había asfalto
y volvió el sol,
y volvió el sol.
Y
amanecí junto a ti en un carnaval,
que te han contado de mí,
eso da igual.
Y nacieron tantas melodías entre tu boca y la mía,
entre un te quiero y un no.
Y he caído solo y he picado,
y aunque ya no esté a tu lado,
nadie se muere de amor.
¡Mario!
Y en La Habana y en Madrid,
sabe la gente de que sin ti yo me muero,
me muero.
Me queman tus besos,
si ya no te tengo.
Yo que caminé bastante,
oye,
yo que parezca que aprendo no sé nada.
Me queman tus besos,
ahora sí,
si ya no te tengo.
Que los santos me acompañen,
que me ayuden a vivir sin dolor.
Me queman tus besos,
si ya no te tengo.
Que es lo que pasa, que pasa el tiempo,
y yo como un tonto esperando por ti.
Me queman tus besos,
si ya no te tengo.