Vamos a documentar el mundo para cuando sea irreconocible.
Vamos a documentar el
mundo para cuando sea irreconocible.
Celebrar la llegada del calor,
salir a la calle por la tarde a pleno sol,
el agua fresca del Cantábrico,
pasear junto al mar por el paseo marítimo.
El mundo ya no existe.
El mundo ya no existe.
Cuando encuentren nuestros restos,
veinte mil años después,
Vamos
a documentar el mundo para cuando sea irreconocible.
Vamos a atesorar este segundo y hacer caso omiso de lo previsible.
Luzarse con rostro anónimo,
estar en un paradero desconocido,
soñar sin pensar, cualquier que se lo pidan,
buscar información sin dar información.
Sin tu alcoholista.
Sin tu alcoholista.
Cuando encuentren nuestros restos,
veinte mil años después,
si solo quedan archivos,
¿cómo los van a leer?