¡Qué dulces encantos tienen tus recuerdos, Mercedita, aromada florecita, amor mío de una vez!
Me conocí en el campo, allá muy lejos, una tarde donde crecen los triganes, provincia de Santa Fe.
Así nació nuestro querer, con ilusión, con mucha fe, pero no sé por qué la flor se marchitó y muriendo fue.
Llamándola con loco amor, así llegué a comprender lo que es querer, lo que es sufrir, porque le di mi corazón.
Como una queja errante en las campiñas va flotando, me recuerdo de mi canto, recordando aquel amor.
Pero a pesar del tiempo transcurrido es Mercedita la leyenda que palpita en mi nostálgica canción.
Así nació nuestro querer, con ilusión, con mucha fe, pero no sé por qué la flor se marchitó y muriendo fue.
Llamándola con loco amor, así llegué a comprender lo que es querer, lo que es sufrir, porque le di mi corazón.