Mujer y llanura, son belleza con nobleza y pureza con ternura, porque la belleza es pura y ellas son todo hermosura.
Yo nací de esas entrañas inmaculadas y castas, vientres de plácido estar, refugios que dan confianza,
las dos me han dado cariño, ambas han sido mama y taita, las dos han contribuido a darme una feliz crianza
y amparado por las dos, nada en la vida me falta.
Para mí, llanura es mujer de delicada fragancia, sus túrgidas serranías son senos de piel mulata
que brindan al caminante visión de dulce lagnancia, las curvas de sus caminos, cinturas que me embarazcan
y me insinúan cómo es que una pasión se arrepiata a la cerda del tequiero con soga de suave gaza
y aunque uno sea muy machiro, se amansa porque se ama, sus lagunas bocas gráciles que veranos amaman,
palmeras erguidas muestran la rectitud de su raza, sus peincas son los cabellos de niña en sublime danza
al son melódico y recio de los suspiros de un árbol, sus ocasos son miradas ingenuas en lontananza,
sus lindos amaneceres también miradas que abrazan un sendero futurista donde la paz se arremanza
porque las dos sólo imploran la paz que anhelan sus patrias.
A mí, mujer es llanura digna de fe y alabanza, sus suspiros son la brisa que acaricia la distancia
céfiros que dan las alas de angelicales torcazas, sus cabellos son espigas del fruto de la esperanza
su mirada los destellos del sol cuando se levanta y sus caderas la luna temblorosa en la resaca
boqueteándole al lucero que admira su vida estampa, su boca es fresca tinaja que la sed de besar saca.
Mujer caminando es andar de briosa potranca matizando los senderos con pies de diosa descalza
los caminos de su cuerpo van a paisajes de largo, sus ojos onza y desteros donde se posan las garzas
de seducción marodil que las galantea con gracia, las pestañas son los juncos que adornan esa comarca
infranqueable palo a pique, corral de pasión sin manchas.
Gracias le doy al creador por darme cosas tan gratas, sin embargo no comprendo el por qué se les maltrata
a la mujer la mancillan, a la llanura desbastan, a sabiendas que destruyen pétalos de flores blancas
flores morenas catiras que enaltecen esta estancia, un paraíso real donde el sosiego se decanta
pero hay una flor señores que no pierde su fragancia.
Criéndole idolatría luna y sol pasan y pasan, el sol colocó en sus labios el atractivo escarlata
la luna le dio diademas con canas de tenue escarcha, el rocío de los magnánimes le dio una blancura sacra
mujer la virgen maría que parió al dios que nos manda, que dios bendiga a las madres, mujer que todo se aguanta
ellas van directo al cielo en santificadas palmas y es que mujer y llanura para mi son criaturas sanas
yo nací de esas entrañas inmaculadas y castas, las dos me han dado cariño, ambas han sido mama y taita
las dos han contribuido a darme una feliz crianza y amparado por las dos nada en la vida me falta.
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