Demasiado tiempo, demasiado dudar,
demasiadas vueltas sin llegar a olvidar.
Solo deseas una vida en paz,
conozco lugares, Monterrey.
Pichabas tequila, lloro,
solo encontraste sol.
El cuerpo de una morena fue lo que te perdió.
Terminaste una historia de sedoz y pasión,
tu amor era la esposa de tu ganadero.
La sangre de aquel duero te llevó a la prisión.
Ven a Monterrey.
Ven a Monterrey.
La lluvia suena fría mientras tiembla tu piel.
Los ecos de la nada lo hacen más cruel.
Sonidos alejados sobre el pared,
el canto del destino para no regresar.
Un hijo del olvido que se pierde en el ayer.
Ven a Monterrey.
Ven a Monterrey.