Oye, bajo las ruinas de mis pasiones
En el fondo de esa alma que yo no alegra
Entre el polvo de ensueños y de ilusiones
Brotan entumecidas mis flores negras
Ellas son el recuerdo de aquellas horas
En que presa en mis brazos
Te adormecías
Mientras yo suspiraba por las auroras
De tus ojos auroras que no eran mías
Ellas son mis dolores
Capullos de dios
Los intensos dolores
Que en mis entrañas
Sepultan sus raíces
Como los alegros
En las húmedas grietas
De mi corazón
De las montañas
Guarda, jueza, esa triste y débil mano
Que te ofrezco
De aquellas flores sombrías
Guárdalo, nada de más
Que son de poco
El jardín de mi corazón
El jardín de mis ondas
Melancolías
Guárdalo, nada de más
Que son de poco
El jardín
De mis ondas
Melancolías
Guárdalo, nada de más
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