El mundo muerto y sonrió en la foto,
roció en el desierto.
Black Lotus,
haciendo aspavientos entre recuerdos rotos,
sacudiendo la nostalgia entre nosotros,
cegada bajo el brillo de la flor de Lys,
mi señora de rojo sobre fondo gris,
Rest in peace for all my dead dreams,
amanezco en el barrio, me acuesto en París,
We gonna make it, como un mantra me decía,
en mi cabeza el eco de la letanía,
y que es la vida, si no ardua travesía,
si es bonito y barato el niño desconfía,
mide bien lo que pides al espejo,
el ansia por envejecer,
el miedo a hacerse viejo,
sin piedad el óxido en los azulejos,
empieza a rezar,
el cielo nos queda lejos,
tu solo enjoy the view,
mira adelante,
al
final todo acaba igual,
no hay empate,
unidos por lo inmaterial,
bajo una constante,
rumbo
al infinito mirándolo equidistantes,
nada será como hoy,
nada como antes,
el polvo
adueñándose del trofeo y los estantes,
a gritos con David,
miradas beligerantes,
cada
uno por su lado como viejos amantes.
Pienso en lo que nunca nos había importado,
me miré en el paño,
ese rumrum malo,
ahora
veo quienes somos cada vez más claro,
guardo duelos,
celebro todas las victorias,
pisamos
suelo y recuerdos cuando sobran,
ese punto san benito me hació oír lo que dijo,
cada
noche lucho diez acertijos,
nos hemos cortado por,
cosas peores que el cristal con,
el que
emite mil pedazos,
somos el producto de los ángulos irregulares,
los miedos y las dudas
son fundamentales,
si no eres tú,
no eres nadie,
se evaporaba más despacio el tiempo
varios años antes,
dejar de soñar ni loco de remate,
si la dejo marchar se va mi mejor
parte.