Me quemaron la casita, se llevaron mi mujer, me mataron el perrito y a mí me tocó correr.Y detenerme a lo lejos, tan solo por verla arder, desde entonces ando y ando, entre valles y riberas.Por techo tengo las nubes, y un leño en mi cabecera.Por eso a todos les ruego, no se preocupen por mí.Que aunque quisiera no puedo, volver a ser lo que soy.Y yo me fui, cabra que al monte se mete, jamás vuelve a su redir.Yo me voy, ya me despido.Aunque pronto he de volver, a continuar mi camino, hasta morir en mi ley.