Allá en General Pinedo nunca entrará en el olvido
la figura legendaria del gaucho matecocido.
Por boca de los abuelos,
en patio del rancherío
se multiplican historias del gaucho matecocido.
¿Lo recuerdan las picadas?
Lo venera el pobre río,
segundo David Peralta.
Esta es
la historia de un gaucho bueno
que su destino lo castigó poniendo en su
alma de poco mano la duradera que lo desvió.
Matecocido era la flor,
aquel bendito,
bravo y feroz,
que puesto el orden al norte argentino
del 18 al 42. Formó su trío de bandoleros con zapatola y alcalábrez.
En los caminos
pero fue
un día
y el
y de entonces
yo la selva y nunca volvió
era la moneda del bandido
que puesto el orden norte
argentino del dieciocho
cuarenta y dos con los tríos de
bandoleros con Zamba Gola y el
Calabres en los caminos y en
Guadalcipla,