Marte, de Tomás Aristimónio.La luz se vuelve mágica aquíTus pies se llenan de arenaTu boca deberá cerrarse asíY no dejar una huelgaLos destellados huyeron aquíPara olvidarse de sus penasLas ruinas, la humedad te vuelven grisTemiran los que están afueraNo hay luz, no hay sol, no hay sombra donde irY en eso te encontras sin cieloLos destellados huimos aquíPara olvidarnos de la penaLos destellados huimos aquíPara olvidarnos de la penaMúsicaNo hay luz, no hay sol, no hay sombra donde irNo hay luz, no hay sol, no hay sombra donde irNo hay luz, no hay sol, no hay sombra donde irSubtítulos realizados por la comunidad de Amara.org