Trabaja duro la tierra,
María la campesina,
la de la mirada inquieta,
tal cual como era de niña,
el sol radia su cabello,
cuando ella labra la tierra,
yo la miro desde lejos,
pero ella no se da cuenta,
yo la miro desde lejos,
pero ella no se da cuenta.
Sus manos tienen la huella,
la huella que deja el campo,
pero el corazón no cambia,
aún vive enamorado,
yo espero que llegue el día,
le ruego a Dios en mi canto,
que llegue el sublime día,
de tenerla en mis brazos,
que llegue el sublime día,
de tenerla en mis brazos.
Porque nadie me comprende,
cuánto yo la estoy queriendo,
me dicen que no soy nadie,
para que la mire tanto,
no saben que yo la quiero,
desde que andaba descalzo,
no saben que yo la quiero,
desde que andaba descalzo.
Trabaja duro la tierra,
María la campesina,
la de la mirada inquieta, tal cual como era
de niña,
el sol radia su cabello,
cuando ella labra la tierra,
yo la miro desde lejos,
pero ella no se da cuenta,
yo la miro desde lejos,
pero ella no se da cuenta.
Porque nadie me comprende,
cuánto yo la estoy queriendo,
me dicen que no soy nadie,
para
que la mire tanto no saben que yo
la quiero desde que andaba descalzo,
no saben que yo
la quiero desde que andaba descalzo no saben
que yo la quiero desde que andaba descalzo.
Đang Cập Nhật
Đang Cập Nhật