Cesó el tronar de cañones,
las trincheras tan silentes,
y por los caminos del norte
vuelven los batallones,
vuelven los escuadrones
y a sus viejos amores en sus victoriosas banderas.
Traen mi recuerdo de gloria,
a la
desgarraron sus setas
y sus estrellas muestran,
y sus estrellas muestran
honrosas cicatrices de guerra.
Cruzan bajo arcos tronzales,
tras de sus bravos generales,
que aunque pasan heridos van marchando marciales,
van sonriendo viriles y retornan invictos.
Pasan los viejos en bandajes,
que en las batallas combatieron,
y que empapados en sangre a los soldados guiaron,
y a los muertos cubrieron como mortaja noble.
Ay,
van los infantes de bronce,
fuego artillero de hierro,
y al viento sus
armas irán lanzar a la carga los jinetes de plata.