Los caminos de la vida
no son como yo pensaba,
como los imaginaba, no son como yo creía.
Los caminos de la vida
son muy difíciles de andarlos,
difíciles de caminarlos, yo
no encuentro la salida.
Yo pensaba que la vida era distinta cuando estaba pequeñito,
yo creía que las cosas
eran fáciles como ayer,
que mi viejecita buena se me daba a darme todo lo que necesitaba,
y hoy me doy cuenta que
tan fácil no es.
Porque mi viejita ya está cansada de
trabajar para mi hermano y para mí,
y ahora con gusto me toca ayudarla,
y por mi vieja lucharé hasta el fin,
por ella lucharé hasta que me muera,
y por ella no me quiero morir,
tampoco que se me muera mi vieja,
pero que va si el destino es así.
Los caminos de la vida no son como yo pensaba,
como los imaginaba,
no son como yo creía.
Los caminos de la vida son muy difíciles de andarlos,
difíciles de caminarlos,
yo
no encuentro la salida.
Uno sabe que la vida de repente ha de acabarse,
que uno espera que sea tarde,
que llegue la despedida.
Un amigo me decía,
recompensaré a mis viejos
la crianza que me dieron,
y no le alcanzó la vida.
Por eso te pido a ti,
mi Dios del cielo,
para que me guieses al camino correcto,
para mi
pobre viejita, compensar,
para que olvides el mal del sufrimiento,
y que de ella se aparte
todo el tormento que para criarnos tuvo que pasar.
Viejita linda tienes que entenderme,
no te preocupes todo va a cambiar,
yo sufro mucho
madrecita al verte,
necesitada y no te puedo dar.
A veces lloro al sentirme impotente,
son
tantas cosas que te quiero dar,
y voy a luchar incansablemente,
porque tú no mereces sufrir
más.
Los caminos de la vida no son como yo pensaba,
como los imaginaba,
no son como
yo creía.
Los caminos de la vida son muy difíciles de andarlos,
difíciles de caminarlos,
yo no encuentro la salida.