He llegado tarde,
qué pena no contestarte,
qué rabia no decirte adiós.
Te he visto de lejos,
cagándote en todos mis muertos
y yo mirándote.
Qué pena que no lo supieras
y yo gritándote en la acera
que no me daría igual.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo
y si tú me dices que juguemos a los novios
pintando un avión rumbo a la luna.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo y si tú me dices que juguemos a
los novios pintando un avión rumbo a la luna.
O tengo todo o no tengo nada,
o tengo una amiga apuñalándome la espalda,
cintura fina y rostro infectado,
que desde arriba parece todo más claro.
Siempre estás sola, sola o con nadie,
si en tu cabeza sobran tres o cuatro cables,
la verdad es que no,
no estabas tan bien.
Te gira el cuello y bailas frente a la pared.
Qué pena que no lo supieras
y yo gritándote en la acera
que no me daría igual.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo y si tú me dices que juguemos a los novios
pintando un avión rumbo a la luna.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo y si tú me dices que
juguemos a los novios pintando un avión rumbo a la luna.
Y haciendo de este amor la fiesta de los dos,
no parar de cantar a un arcoiris de color cristal.
Volvamos a rolar el cielo.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo y si tú me dices que juguemos a
los novios pintando un avión rumbo a la luna.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo y si tú me dices que juguemos a
los novios pintando un avión rumbo a la luna.
Pero si tú me dices ven,
lo dejo todo y si tú me dices que juguemos a
los novios pintando un avión rumbo a la luna.