Otra noche que me da por reflexionar
en las cosas que tenía y que ya no están,
en todo lo que tuve y no te pude dar,
porque mi malestar siempre me echaba para atrás.
He aprendido a convivir con crisis y ansiedad,
cada una tenía un nombre muy cercano atrás,
de personas que se iban y me dejaban mal,
quizás era culpa mía, no la sabía llevar.
Estoy hundido en la mierda y nadie lo sabe,
porque todo lo guardo para mí,
me autodestruyo solo,
deseando que todo este dolor algún
día se acabe,
pero soy un cobarde y lo estoy pagando con todos.
No acepto ninguna ayuda cuando es lo que necesito,
aunque aprendí a aparentar no estar jodido.
Ya no me dedico tiempo,
solo salgo y ya ni escribo,
ya ni pienso en lo que hacer,
me
he deviado de mi camino.
Ya no sé dónde está el límite,
cuánto cambio me tocó pasar, ahora avanzo en el
camino sin mirar atrás,
cuando pase la tormenta ya no cambia.
Ya no sé dónde está el límite,
cuánto cambio me tocó pasar,
ahora avanzo en el camino sin mirar atrás,
cuando pase la tormenta todo calmará.
Mi padre preocupado porque tienen un buen hijo,
pero no quieren que acabe mal y sufren conmigo,
y les digo que tranquilos que ya encontraré mi sitio,
pero solo les doy largas,
joder,
no encuentro un inicio.
Mientras escribo esto me tiembla hasta el corazón,
no sé cómo describir la sensación,
es como cuando la cagas y te aceptan el perdón,
solo por ser tú sin ningún tipo de intención.
Cuántos perdones me han aceptado de esos,
demasiado para lo que había hecho,
y por eso todavía confío en la gente,
aunque no mucho,
solo encuentro con todos y aún así me sobran dedos.
Muchos estuvieron de madrugada de pedo,
luego me ven por ahí y no nos conocemos,
quédate con quien te de abrigo en invierno,
y el que no juzgue lo que cargue.
Ya no sé dónde está el límite,
cuánto cambio me tocó pasar,
ahora avanzo en el camino sin mirar atrás,
cuando pase la tormenta todo calmará.
Ya no sé dónde está el límite,
cuánto cambio me tocó pasar,
ahora avanzo en el camino sin mirar atrás,
cuando pase la tormenta todo calmará.