Estoy aquí solo, lejos de casa, pero ya no tengo intención de volver.
Ahora soy un extraño, lejos de casa, pero lo sería en mi tierra también.
Crucé la vida como un rompehielos, y el hielo se cerró, se cerró tras de mí.
Y puse rumbo siempre hacia la proa, es imposible recordar los escenarios que vieron mis ojos.
Porque hice mi camino sin mirar nunca atrás, y sé que ahora las huellas que dejé detrás no existen más.
Si fue difícil o fácil, no lo sé, saberlo no me iba a ayudar.
Los días felices eran simplemente los que el viento solgaba un poco más.
Crucé los tiempos como por un desierto, con la vista siempre puesta en el siguiente espejismo.
Y cada desengaño parece el final, pero no hay final, no hay marcha atrás.
Y cada vuelta pesada hay que de nuevo buscar las fuerzas para seguir.
Porque aprendí que el camino sigue y sigue sin fin.
Sé que no habrá una señal para saber cuál será el puerto final,
donde me iré a encontrar con mis recuerdos que reposan en el fondo del mar.
Y ahora estoy a mi solo, lejos de casa, pero ya no tengo intención de volver.
Ahora soy un extraño, lejos de casa, pero no sería en mi tierra también.
Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org
Miro a mi alrededor también, vagando errantes.
Otros viajeros del tiempo recorren su senda y aunque no me hacen compañía,
me acompañan y también les oigo decir crucé la brisa como un muro.
El hielo, el hielo se cerró, nosotras a mí cruzamos siempre hacia la proa.
El hielo se cerró, nosotras a mí.
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