Tu sombrero está ardiendo,
eres guinete sin cabeza.
Con un cúter amarillo acaricias tu violín.
Una toalla ensangrentada da color a la mañana.
Todas las ruedas pierden aire,
afilada es su canción.
La caldera está hambrienta,
vas vascando una ortopedia.
Siempre en busca del zapato que encaje bien en tu muñón.
Ni cuchillo, ni cordero,
ni gigante, ni molino.
Vives a medio camino,
siempre perdido en tu erección.
Delincha el diablo por las noches,
con las babas contenidas.
Como lechuza sobrevuela,
susurrando su canción.
Afina el pico en tu cabeza,
palpita el cúter amarillo.
Pones tus dientes en un vaso,
huyó tu ambas que en tu temblor.
La caldera está hambrienta,
vas buscando una ortopedia.
Siempre en busca del zapato que encaje bien en tu muñón.
Ni cuchillo, ni cordero, ni gigante, ni molino.
Vives a medio camino, perdido en tu erección.
Apagas un ruido con otro,
se desborda tu bañera.
Los incendios se te montan en tu guerra civil.
El diván está astillado,
en tus manos hay astillas.
Y los días cruzan secos en tu triste colección.
Y tus días cruzan secos en tu triste colección.
La caldera está hambrienta,
vas buscando una ortopedia.
Siempre en busca del zapato que encaje bien en tu muñón.
Ni cuchillo, ni cordero, ni gigante, ni molino.
Vives a medio camino, perdido en tu erección.