Esa leña pilada na entrada ya no volverá ser árbol,
ya no aspirará albergal,
nidos de halcones en sus ramas.
E cando le echemos o fuego e se haga ceniza,
ya no podrá calentar nenguna outra casa al lado del mar.
Aún así fundimos el hacha sin piedad por un solo calor.
Caiga quien caiga,
decimos,
y mañana,
si no quiere,
que no salga el sol.
Un judío ortodoxo hace como que no quiere ver,
se hace un lío e se es antiguo a cuando nos va a decaer.
Llueve, llueve, llueve en Brooklyn hoy.
Llueve, llueve, llueve en Brooklyn hoy.
Cuánta agua tiene que caer
para que se ahogue este amor.
Llueve, llueve, llueve en Brooklyn hoy.
Llueve,
llueve, llueve en Brooklyn hoy.
Cuánta agua tiene que caer,
cuánta agua tiene que caer para que se ahogue
este amor.