La madera apañada en agua salada se
ilumina con polvo de cobre brillante.
Los delfines tallados en piedras nadan.
Bajo una luz triste que se desfanecía,
la chimenea muestra un paisaje lejano.
La violencia de un rey
transformando la tierra.
Pero en el desierto un ruiseñor canta su voz intacta.
Resiste mientras el mundo sigue buscando.
Chill resonando
en el aire sucio,
las raíces del tiempo se marcan en la pared.
Alguien arrastra sus pasos por la escalera.
Se aproxima,
pero la habitación queda en calma.
Bajo la luz de fuego
su cabello se enciende y las palabras
caen en el vacío como chispas apagadas.
El silencio toma el lugar
y la quietud se convierte en la única voz.