Que sociedad,
que sin piedad desprecia al provinciano,
sin compasión lo tienen humillado,
por su trabajo sin necesidad,
que es vanidad.
Si la virtud del hombre es el trabajo,
su expresión rústica como sus manos
identifican su sinceridad.
Pero mi Dios, si escucha este clamor,
si está dormido, lo va a despertar.
Pero mi Dios, si escucha este clamor,
si está dormido, lo va a despertar.
El provinciano es hombre productor,
¿por qué razón lo tienen que humillar?
Quien no trabaja aquí vive mejor,
¿será que Dios siempre nos mira mal?
Quien no trabaja aquí vive mejor,
¿será que Dios siempre nos mira mal?
Y la mujer
que un provinciano le brinda su amor,
lo menosprecia sin mirar su don,
porque no tiene plata para beber,
por eso yo,
a la que cambia besos por dinero,
le digo vete,
tu amor no es sincero,
no podemos ser felices los dos.
Tú eres producto de una sociedad que no conoce su significado.
Yo me pregunto por qué vale más
quien no trabaja ante un labrador honrado,
el mundo está lleno de vanidad,
me siento honrado de ser provinciano.
El mundo está lleno de vanidad,
me siento honrado de ser provinciano.