Oh,
tú hermosa,
primorosa,
¿por qué sufres hoy tanto quebranto?
Oh,
patria mía,
¿quién diría que tu cielo azul nula el llanto?
Oh,
en el susurro del palmar
se siente el eco resonar
de una voz de dolor que al amor llama.
Oh,
al contemplar tu ardiente sol,
tus campos plenos de verdor,
pienso en el tiempo acúl que se fue,
Cuba.
Oh,
tú hermosa,
primorosa,
¿por qué sufres hoy tanto quebranto?
Oh,
patria mía,
¿quién diría que tu cielo azul nula el llanto?